La adopción de la nube ha cambiado la forma en que las escuelas trabajan y administran los datos. Las instituciones de educación superior se han mudado rápidamente a la nube debido a los beneficios como la disponibilidad, la escalabilidad y la reducción de costos. La mayoría del tráfico web y de aplicaciones está encriptado, lo que hace que sea extremadamente difícil inspeccionarlo y tomar las medidas adecuadas con herramientas heredadas. Los dispositivos están sobrecargados, los informes carecen de los detalles necesarios y los equipos exhaustos con poco personal revisan varias consolas para reconstruir un incidente. Muchas instituciones están plagadas de dispositivos BYOD y IoT para estudiantes que no pueden tener un cliente o certificado instalado. La sobrecarga de proteger y administrar estos dispositivos ejerce más presión sobre los equipos que ya están al límite. Las infracciones no se están desacelerando y la educación superior sigue siendo objetivo de ataques de ransomware, troyanos y filtraciones de datos. A pesar de estos crecientes desafíos, el presupuesto y el tamaño del equipo siguen siendo los mismos.
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